Quiero decir que soy un ser humano muy sexual. Desde chica jugaba con varias de mis amigas a darnos besos y acariciar nuestros cuerpos suavemente. Claro que era algo delicioso, y claro que lo disfrutaba a los que yo recuerdo eran entre 6 y 8 años de edad. Estos encuentros que, por supuesto incluían elaboradas historias entre mis amigas y yo, los hacíamos recurrente mente por las tardes y siempre eran en mi casa.Estos roles que jugábamos podían ser desde; marido y mujer, doctor y paciente, maestra y alumna que era su hija adoptiva. (Si, se ponían así de complejas y cachondas las historias.)
También lo hacía con amiguitos hombres. Vecinos y de la escuela aunque con ellos no solía elaborar ningún tipo de historias, solamente queríamos explorar. Al menos yo me sentía intrigada por las texturas de los labios de otro ser en los míos. El sentir estas gruesas formas de piel con baba resbalando, rosando una y otra vez con ritmo me hacían sentir más allá de mis labios. Ese cosquilleo que te eriza la piel y recorre todo tu cuerpo hasta llegar entre tus piernas para permanecer ahí como una estrella brillante y poderosa, voraz e insaciable. Siempre recordaré las primeras veces que sentí esos cosquilleos. Eran maravillosos, me hacían sentir -muy rico- y con eso bastaba para querer más. Desde entonces no quise dejar de hacerlo nunca.
A partir de ese momento he emprendido un viaje explorando mi sexualidad descubriendo sentimientos y placeres increíbles. Este blog es para compartir estos sueños, fantasías y experiencias esperando poder empujarlos a que no tengan miedo o pena de sus deseos sexuales.
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-ninfaaeerótica