Fantasmas cerebrales

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Seguro les ha pasado, esas veces que están medio dormidos y se asustan al no saber por unos segundos donde se encuentran. Puede ser que se hayan mudado de departamento, que estén de viaje, que se hayan puesto una borrachera muy brava o bien se fueron a casa de -alguien- a pasar la noche por primera vez. Siempre he sido fan de ese sentimiento, de esos pequeños, pequeñísimos momentos efímeros en donde tu cerebro está tan confundido, tan desorientado que no sabe ni siquiera dónde se encuentra su propio cuerpo. Debo confesar que me ha pasado lo mismo con personas. Creo que en definitiva pasa por la promiscuidad de ciertas temporadas de mi vida. Recuerdo la primera vez que me paso, estaba dormida abrazando a mi entonces novio con el cuál tenía una relación abierta. Desperté mientras me besaba tiernamente los labios y sentí de pronto que no sabía con quién estaba. No era cuestión de que pasaran por mi mente la lista de nombres de los posibles candidatos a estar conmigo esa noche compartiendo mi cama, era un simple hueco en mi cerebro que no podía recordar absolutamente nada. Me excitó no saber con quién estaba pero me brindo más comfort el saber que era él.

De unos meses para acá me pasa algo parecido pero de cierta forma a la inversa. Entre sueños, pienso y me siento segura de que es él quién me abraza, solo para despertar y darme cuenta que no. Despierto aferrada a una almohada pensando que estoy con alguien, solo para darme cuenta de mi inmensa soledad. Paso mi mano de su ombligo hacia abajo, anhelando encontrarme con su miembro, encontrándome solamente con unos calientes labios…

El fenómeno del fantasma de su recuerdo. Lo conocemos, lo sabemos, lo vivimos. Solo me queda darle una sacudida a mi cerebro y entrar a la vida real.

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-ninfaaeerotica

Tus caderas y las mías

…presione mis caderas contra las tuyas, como un movimiento natural sin deseos de ir por más, sin embargo la erección de tu miembro me prendió instantáneamente. Te bese suavemente y restregué todo mi cuerpo contra el tuyo, después me recosté a tu lado para masajear tu glande cada vez más rígido y palpitante. Sentí que tus pijamas comenzaban a humedecerse así que te las quite para sentir piel con piel esa fricción tan deseable. Tus caderas comenzaron a moverse de arriba a abajo rápidamente y yo gustosa seguí el ritmo impuesto. Mientras te tomaba con toda mi mano, me encargaba de pasar suavemente mi dedo gordo haciendo círculos por encima de tu cabeza, la cuál seguía humedeciéndose y engordando a cada instante. Podía ver a contraluz tu silueta, la cuál se contoneaba de arriba a abajo, arqueando la espalda. La forma de tu boca abriéndose en éxtasis me hacía mojarme. Comencé a presionar más mi cuerpo contra el tuyo, encargándome de que tu pierna quedara en medio de las mías para mi propio placer. Nos besábamos tiernamente, contraria a la violencia presenciada en nuestros cuerpos. Cuándo menos lo esperaba, sentí tus jugos de amor, deliciosos y calientes sobre mi mano. Respirabas profusamente y no dejabas de contraerte por los deliciosos espasmos que causa el amor. «Me encantas»; dijiste, dándome un cálido beso en los labios.

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-ninfaaeerotica

Hablando bajo las sábanas

La primer pareja sexual que tuve fue mi novio y le gustaba hablar durante el acto. No hablaba sucio, solo me decía cosas tiernas de vez en vez pero la verdad a mi no me gustaba, me sentía incómoda, sentía que al hacer el amor teníamos que estar más enfocados en hacer en lugar de hablar… que equivocada estaba.

Al pasar los años he experimentado con muchos cuerpos, almas y gustos y debo de decir que el hablar durante el sexo crea una conexión más allá del plano terrenal, lo físico. Las palabras te ayudan a seguir un camino de emoción, de sentimientos, de amor. Te ayuda a saber que está sintiendo el otro, pedir lo que quieres, hacerle saber lo bien o mal que lo está haciendo.

Las palabras varían; Ay chiquita; Estás bien rica; Sí, así; Uffff que rico; Te gusta?; Quieres más?; Eres una golosa; Te gusta mi verga?; Más fuerte?; Quieres despacito?; Así?; Me encantas; Me fascinas…  Claro que decir estas cosas difieren bastante a decir cosas como; No, así no; Cómo quieres que te lo haga?; De verdad te gusta?; Ay no exageres, no está tan rico; Ay no está tan grande; No, la blusa no me la quites… Chicos y chicas cachondas no hay nada menos sensual que demostrar la falta de confianza y hay una regla básica para eliminarla, DISFRUTAR. Si tu estás disfrutando de ti y de tu pareja muy probablemente ellos también lo estén disfrutando si no, no estaría ahí.

Total… quise escribir esto por que me di cuenta de la importancia de las palabras cuando noté su ausencia en los brazos de un amante al cuál le sobraba pene pero le faltaba corazón…. awwwwwwwww las cachondas también necesitamos de amor -aun que sea efímero y ficticio-

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-ninfaaeerotica

Tu único y delicioso olor

Tengo la hipótesis de que el amor tiene olor. Cuando he tenido relaciones amorosas profundas y trascendentes, suelen tener este aroma que se concentra justo en el centro de su pecho. Este olor tiene una carga fuerte de energía que, al momento de viajar por mi nariz y automáticamente a mi cerebro, me causan reacciones físicas tales como; piel de gallina, erección de pezones, se humedece mi vagina, vértigo en el estómago y a demás de esto, me lleva a sentir una gama intensa de emociones que me integran a un estado de total armonía y felicidad. Amor, esencia pura de felicidad en el ser humano.

Increíble como el sentido del olfato es tan importante, es en el que más confío al momento de saber si realmente siento algo real por una persona. Recuerdo el día que me di cuenta que mi amor por él había terminado. Fue una madrugada cuando me llamó por que se había quedado sin llaves y yo era la única que tenía copias. Llevaba más de 6 meses de no saber de el.

Llegó a mi puerta y le abrí, acariciando su brazo sabiendo que no se resistiría a mis ataques directos de seducción. Dudoso se acercó a mi y yo lo tome de la nuca para tenerlo más cerca. Sus labios se cruzaron con los míos y cuál animal se trepó en mi frotando su miembro entre mis piernas delicadamente. Lo disfrutaba, sus besos eran cálidos y aún llenos de ternura y pasión pero al posar mi nariz en su pecho como solía hacerlo, me di cuenta que todo había cambiado. Nuestro amor ya no era el mismo. Estaba dolido, lastimado, frío. Sentí que nuestros cuerpos no se reconocía, nuestras almas estaban negadas a verse a los ojos y a pesar de tenerlo dentro, lo extrañé como nunca antes. Ahí fue el momento donde supe que el amor tenía olor y ese olor había desaparecido por completo de nosotros…